
Los centros comerciales acaparan el estilo de vida de los guatemaltecos
Tomado de prensa libre
Muchos centros comerciales dan la bienvenida con una enorme y limpísima puerta de vidrio.
Tras de ella se encierran cientos de productos y servicios. Es un microcosmos llenos de ropa, zapatos, accesorios, electrónicos, spas, gimnasios, bancos, supermercados, cines, restaurantes y cafés. También hay diversión para los niños: carruseles, carros a control remoto, tiendas de juguetes y dulcerías.
¿Qué quiere? Lo que sea que se le ocurra, es bastante probable que lo encuentre ahí. Hasta un automóvil, porque también se les exhibe con el propósito de venderlos. ¿O quizás se le antoje ir de fiesta? ¡Por supuesto!, porque hay bares y hasta discotecas.
Pero si se inclina más hacia la cultura, también encuentra galerías de arte y exposiciones. En ocasiones puede que esté en cartelera Joaquín Sabina o Andrea Bocelli, con entradas que valen como si se presentaran en la Ópera de Sídney, aunque usted en realidad estará en un parqueo o en un terreno anexo.
Todo esto y demás aventuras las encuentra en los centros comerciales, esos sitios que, para los sociólogos y psicólogos, son establecimientos que muestran todo aquello de lo que carecemos y que nos ofrecen “el disfrute” de las compras para llenar nuestro vacío existencial. Así que bienvenidos a esta industria que parece no tener freno. ¡Compre, compre!
La evolución
El concepto de centro comercial es relativamente nuevo. Sus orígenes están en ciertos establecimientos de la Europa del siglo XIX; como ejemplo, la Galleria Vittorio, de Milán (1877).
Sin embargo, el modelo que hoy conocemos se popularizó en Estados Unidos en la siguiente centuria. El primero en su tipo fue abierto al público en 1922 en Kansas City, mientras que el primero techado fue el Southdale Center Edina, de Minessota (1956).
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La construcción de estos sitios de consumo se incrementó debido a la suburbanización de las ciudades y el uso de los automóviles. Para 1960, en ese país ya había alrededor de siete mil 600.
Los centros comerciales llegaron bastante tarde a Guatemala, pues el primero que se inauguró fue el Montúfar, que data de 1968 y que está localizado en la calle del mismo nombre, en la zona 9 capitalina.